El cuidado del colchón alarga su vida útil

Ventilarlo con frecuencia. Puede parecer algo sin sentido, pero si te explicamos el por qué todo tendrá su lógica. Dejar que ventile antes de hacer la cama evita la acumulación de humedad y favoreces la higiene. Si a esto le sumas que abres las ventanas, evitamos malos olores y la aparición de ácaros.

Usar una base estructural adecuada. Cada tipo de colchón necesita una base adecuada donde asentarse. No es lo mismo una base que un somier, y no hablamos solo de la firmeza, sino a la capacidad de dejar que el colchón respire.

Protección. Invertir en una ropa de cama de calidad es igual de importante que el gasto en el colchón. Una funda protectora impermeable y transpirable ayuda a evitar manchas, polvo y acumulación de bacterias.

Girarlo o voltearlo. Algunos modelos de colchón están diseñados para que cada cierto tiempo se les de la vuelta (normalmente verano-invierno) o de cabeza a los pies. Infórmate si el tuyo es uno de esos y realiza las rotaciones pertinentes para que mantenga la forma y sus cualidades.

Evitar saltar o doblarlo. El colchón está pensado para estar extendido, si se dobla o se deja durante mucho tiempo de pie se puede deformar, al igual que si se salta sobre él. Se diseña para soportar y distribuir el peso de una persona tumbada, no de pie y con la inercia del salto.

Limpieza. Limpiar siempre en seco. Lo ideal es aspirarlo una vez al mes y si se mancha, utilizar jabón neutro en un baño húmedo. Está totalmente desaconsejado utilizar máquinas de vapor para la limpieza.

Revisiones periódicas. Si notas molestias al dormir o cuando te levantas, o hace ruidos extraños cuando te mueves, ha llegado el momento de cambiarlo, a pesar de que no tenga 8 años. Adelantarse a la compra te permitirá elegir bien el colchón que se adapta a tus necesidades.